Es la capacidad del organismo para realizar tareas que necesitan el movimiento de grandes grupos musculares durante períodos de tiempo prolongados. En dichas circunstancias, el corazón y los pulmones necesitan adaptarse para llevar la cantidad suficiente de sangre oxigenada a los músculos y recuperarse al mismo tiempo de esfuerzo realizado. Podemos fortalecer la resistencia cardiorrespiratoria realizando actividades como carrera suave, natación, bicicleta, remo, andar a ritmo ligero, salto, etc.