- Por la generalización de los servicios públicos, como el agua y la energía eléctrica, que permiten preparar más fácil los alimentos, así como el uso de electrodomésticos, como la lavadora, pues reducen el gasto energético.
- La drástica modificación de los hábitos de ocio pasados, como jugar con los amigos en los espacios abiertos, por el entretenimiento pasivo de la televisión, el internet o los videojuegos.