Los hombres con diabetes tienen de dos a tres veces más probabilidades de tener disfunción eréctil que aquellos que no tienen esta enfermedad. Además, pueden sufrir este problema de diez a quince años antes en comparación con varones sanos. La disfunción eréctil es la incapacidad constante de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual.
Por otra parte, el control inadecuado de la glucosa en la sangre y el consecuente daño de los nervios puede causar la eyaculación retrograda, un trastorno más de la diabetes.