La artritis puede originar cambios irreversibles en las articulaciones y que son perceptibles a simple vista, como las que afectan a los dedos de las manos, pero la mayor parte de las veces el daño solo puede observarse a través de una radiografía. Además, no solamente las articulaciones se ven afectadas, sino que a veces también se ven involucrados el corazón, los ojos, los pulmones, los riñones y la piel.
El diagnostico generalmente inicia cuando la persona afectada acude al médico por dolor en alguna articulación, quién realiza un examen físico y puede solicitar análisis de sangre, así como estudios de imagen. Posteriormente el especialista y reumatólogo, determina el tipo de artritis y el tratamiento a seguir. Sin embargo, no todas las personas que sufren de dolor en sus articulaciones visitan a un médico, debido en gran parte a que consideran a tales molestias como algo normal del envejecimiento, retrasando un diagnóstico oportuno que hubiera evitado más daño.