El exceso en la concentración de glucosa en sangre sobrepasa la capacidad de absorción anormal del cuerpo y como consecuencia se elimina la glucosa por la orina, arrastrando consigo agua y sales. La escasez de glucosa como fuente de energía da como consecuencia la necesidad de utilizar las grasas y degradar las proteínas, principalmente musculares, para la obtención de aminoácidos. La degradación proteica aumenta la producción de urea y un balance negativo de nitrógeno, lo que favorece la salida de ácidos grasos que se utilizan como combustible en el hígado.
Los cambios en el metabolismo tienen afectaciones directas en macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), daños micro y macrovasculares que pueden desencadenar en diversas enfermedades por lo cual es importante que se involucre el paciente y familia en el conocimiento de la diabetes tipo 2, en su tratamiento y evolución.