Si no se actúa de forma inmediata cuando se detectan indicios de enfermedades neurológicas, la carga futura de estas enfermedades puede llegara ser un problema incontrolable y pasar a constituir una de las más grandes amenazas para la salud pública mundial. Actualmente se cuentan con más de mil trastornos distintos del cerebro y el sistema nervioso, entre los que se incluyen discapacidades intelectuales y del desarrollo como el síndrome de down y los trastornos del espectro del autismo, trastornos del comportamiento, como el de déficit de atención e hiperactividad, enfermedades psiquiátricas, como la esquizofrenia y el trastornos obsesivo compulsibo.
También entre las enfermedades futuras encontramos las enfermedades degenerativas, como el alzheimer y parkinson, las lesiones como el traumatismo cerebral y el accidente cerebrovascular, diferentes tipos de cáncer incluidos los tumores cerebrales, trastornos del sistema inmunitario como la esclerósis múltiple, las adicciones, la epilepsia y convulsiones.