Si comemos lentamente, podemos darnos cuenta que tenemos la capacidad de decidir entre, comer más, o si ya fue suficiente; si queremos más de "eso" que sabemos que nos dará satisfacción inmediata, pero indigestión toda la tarde; o si mejor optamos por lo que nos dará una sensación de bienestar que nos hará sentir satisfechos.
Además, al comer despacio podemos decirle adiós inflamación, adiós colitis, adiós gases, etc… Con que hagan la prueba una semana notarán una gran diferencia. ¿Cuándo fue la última vez que notaste cómo sabe realmente un tomate? ¿El aguacate, que tan cremosito se siente? o ¿Qué tanto pica un condimento? Si realmente disfrutas de comer, entonces sabes que se disfruta despacio.
Esto realmente es disfrutar la comida.