Hablar de desnutrición y obesidad nos puede llevar a polarizar el fenómeno nutricional, polarización que peligrosamente podemos aplicar a personas y grupos comunitarios con un diferente desarrollo productivo, reduciendo a la realidad que el cambio solo es un proceso evolutivo, sobre todo condicionado por la modernidad y tecnología asociada. En epidemiología, estos conceptos son implícitamente propagados y apoyados por algunos epidemiologos neo-liberales, al señalar que el cambio en salud está condicionado por la teoría de la transición en salud. Donde también se señalaba que las comunidades se encaminan hacía un cambio evolutivo que transitaría desde enfermedades infecciosas y las crónicas.
La realidad sobrepasa nuestra imaginación, la evidenciarnos que sorprendentemente, obesidad y desnutrición coexisten en tiempo, espacio y personas, a lo largo y ancho de algunos países con este problema, situación que echa por tierra la parchada teoría de la transición en salud, llamada también por algunos de la transición epidemiológica.