Si tus compañeros te ven fuerte pero tu te ves débil y con poco músculo, así que te pasas más horas en el gimnasio que en casa o en el trabajo, por nada del mundo comes nada de grasa, vives esclavo del espejo y de la básculas, llevas hasta límites insospechados y tu obsesión por conseguir un cuerpo perfecto es muy alta, es probable que sufras vigorexia. Actualmente entre las metas y objetivos tanto de hombres como mujeres buscan lograr un cuerpo perfecto, el constante bombardeo publicitario a través de anuncios donde el producto o servicio que se ofrece no es lo importante sino la belleza física son quizás las pautas que nos quieren hacer seguir y por lo mismo nos hacen daño.
En las últimas décadas, desórdenes alimenticios como la bulimia, la anorexia y el comer compulsivamente se han incrementado de manera importante, cada vez más son las mujeres y hombres que se obsesionan tanto por lucir como modelos de pasarela que prefieren pasar hambre, provocarse el vómito y tomar sustancias de forma descontrolada y el problema es que cuando recapacitan muchas veces ya no pueden dar vuelta atrás y tienen que recurrir a clínica y centros de rehabilitación.