El ejercicio durante el embarazo debe hacerse de manera regular, porque de no ser así se perderían todos los beneficios que se pudieran obtener, como tener más oxígeno y una mejor circulación, además de garantizar que después del embarazo no se estará con demasiado sobrepeso y que podrán recuperarse más rápido de todo el gasto de energía que realizan durante el parto. Por supuesto que antes de entrar en un programa de ejercicio durante el embarazo es necesario consultar al ginecólogo, quién sabrá indicar si su condición particular se presta para ello o si en su caso no es recomendable.
La actividad no debe ser violenta. La de alto impacto como ejercicios aeróbicos, extensiones profundas de las articulaciones, artes marciales, esquí y atletismos es importante que los sustituya por ejercicios más suaves, insistiendo en hacer una serie de respiraciones profundas por lo menos durante cinco minutos antes de iniciar la rutina, y de nuevo al final para terminar con ejercicio de relajación que ayuden a regresar a la condición de serenidad.