El ejercicio es increíble, pero no puede neutralizar los efectos dañinos de una mala alimentación. Los alimentos ultraprocesados causan problemas como:
- Glicación: Daño celular que acelera el envejecimiento.
- Estrés oxidativo: Radicales libres que afectan tus órganos.
- Resistencia a la insulina: Precursor de enfermedades metabólicas.
- Inflamación crónica: Base de muchas enfermedades.
Aunque el ejercicio mejora procesos como la sensibilidad a la insulina y la inflamación, no puede reparar todos los daños. De hecho, sin una buena dieta, el ejercicio intenso puede aumentar el estrés oxidativo.
El orden ideal:
Come alimentos reales y nutritivos.
Haz ejercicio regularmente.
Prioriza un sueño reparador.
La combinación de estos hábitos no solo optimiza tu salud, sino que también previene enfermedades y prolonga tu bienestar. El ejercicio potencia tu bienestar, pero la calidad de tu alimentación es el pilar fundamental de una vida saludable. Piensa en ellos como un equipo: separados no logran el mismo impacto que juntos.