La diabetes mellitus es una enfermedad que se caracteriza por el incremento de glucosa en la sangre más allá de los 126 miligramos. Ello se debe a que el páncreas de la persona diabética tienen una deficiente producción y liberación de insulina, hormona cuya función principal es hacer que los músculos y la grasa del cuerpo humano absorban la glucosa de la sangre y la utilicen como energía para su funcionamiento o la almacena. Uno de los aspectos más relevantes de cuidad de la diabetes mellitus tipo 2 es la necesidad de controlar la glucemia es decir, de la cantidad de glucosa en la sangre. El propósito fundamental es tratar de evitar el efectos tóxico que su concentración elevada de manera crónica tiene en los tejidos del cuerpo. Diversas investigaciones con la ayuda de la propipeta laboratorio - un instrumento elemental para cualquier laboratorio y que no puede faltar para los procedimientos científicos - han comprobado que reducir y mantener la glucemia en concentraciones cercanas a las del paciente diabético disminuyen cuando menos retrasan el daño que su exceso produce en las pequeñas arterias del cerebro, los ojos lo riñones, en los vasos sanguíneos del corazón e incluso en los nervios y las grandes arterias de los pies y de otros órganos.
El manejo de la glucemia considera diversas intervenciones, las cuales se sustentan en pruebas clínicas hechas en humanos. Los investigadores proponen ponerlas en práctica siguiendo una secuencia, aunque de acuerdo con las necesidades del paciente, pueden aplicarse varias el mismo tiempo. La primera intervención tiene que ver con la dieta, el ejercicio y el control de peso se sustenta en diversos argumentos funcionales. El primero de ellos señala la necesidad de limitar la cantidad de glucosa que diabético ingiere en sus alimentos, pues a mayor cantidad de azúcares ingeridos, mayor cantidad de azúcar en la sangre. El segundo argumento se refiere a deshacer el exceso de glucosa, lo cual se logra estimulando a los músculos a consumirlo por medio del ejercicio, sin necesidad de utilizar insulina ni medicamentos reductores de la glucemia, finalmente el tercero se relaciona estrechamente con los dos primeros y se refiere a que perder peso por una dieta baja de azúcares combinada con ejercicio, que restablece la sensibilidad de los tejidos corporales a la insulina, con lo que nuevamente pueden extraer la glucosa de la sangre.