Si no tienes poco tiempo para entrenar, corre lo más rápido que puedas durante un minuto, luego descansa 30 segundos. Repite este procedimiento 20 veces, puedes hacerlo sobre una caminador o en el exterior, durante una carrera normal. Este ejercicio funciona ya que sabemos que entrenar en intervalos acelera la quema de grasa, pero hacerlo con explosiones de cien por ciento de tu potencia alargará este esfuerzo hasta durante horas después del entrenamiento.
Un estudio publicado en el que hacían este ejercicio mostró que un grupo de personas corrió 30 minutos a 70 por ciento de su esfuerzo máximo, luego otro grupo lo hizo en 20 intervalos de un minuto cada uno a 100 por ciento del esfuerzo con descanso de medio minuto cada uno. El segundo grupo consumió más oxigeno, y como consecuencia quemaron 145 Kj más por minuto después del ejercicio, en comparación con las personas que se ejercitaron a ritmo constante durante media hora.