Cambiar la comida enlatada por fresca te ayuda a reducir el riesgo de desarrollar diabetes. Según un estudio realizado, encontró que un químico empleado en el revestimiento de las latas (bifenol o BPA) para prevenir la corrosión, se absorbe en el cuerpo más rápido de lo que se pensaba. El BPA es conocido como un disruptor endócrino, que va ligado a algunos problemas reproductivos y de obesidad, por eso hay que comer lo menos posibles alimentos en lata.
Con lo anterior no se sugiere que se renuncie por completo a ese tipo de comida o a ingerir las proteínas del atún enlatado, pero es buena razón para que busques productos más frescos cuando es posible y la economía personal y de tu familia te lo permita.